miércoles, 11 de noviembre de 2009

Reciclando










Menda, en un comentario el otro día me dijo que tiene un amigo especializado en reciclar residuos sólidos.






Hoy me tocó a mi andar carretando estiércol de la cuadras a las huertas, para preparar el futuro.




Mi vida está llena de poesía y música. Canciones y poemas me acompañan en todas las tareas.

Y también en ésta. Tan pronto como empecé, me vino a la memoria aquello de "Linda rosa perfumada, rosa de pasión". Me dió la risa recordar, de la mano de esa, un poemita, medio cantado que yo tenía para uno de mis sobrinos. Un muy querido sobrino que, no se si por defecto de las cremalleras o por abandono, andaba siempre con la bragueta abierta. Un día le canté una cancioncita que dice: una mañana de primavera /a la pradera/ salí/ a coger flores/ de mil colores/para adornar el pipí.
Fué una complicidad poética que me permitió siempre avisarle de su olvido, sin que nadie se enterase, porque solo mentar la mañana de primavera, el error era corregido.
El estiércol de hoy me llevó más allá: aparecí , de la mano de Zorrilla, llegando a aquel poema llamado Oriental que decía: yo te daré terciopelos/ y perfumes orientales/ de Grecia te traeré velos/ y de Cachemira chales/ y te daré blancas plumas/ de una pájara muy fina/ que cuenta cosas terribles/ donde los dientes rechinan...bueno, no sé si era así, pero seguro que Ramón, que es profe de literatura, se hace cómplice mío y me perdona la licencia.
Los perfumes de hoy a la mañana, no eran orientales, sino occidentales, pero tienen la ventaja de que se evaporan con una buena ducha y una lavadora. Y luego, ya lo veis, comienza de nuevo el reciclado: traer estiércol; llevar hierba y calabazas; los chicos comen y transforman... abono para los árboles y esas hermosa manzanas de invierno y, me encantaría que pudierais olerlas.