martes, 28 de agosto de 2012

Creciente de agosto

Ramon comentó que un pollo por cabeza sería demasiado...
En esta casa tenemos un defecto y es que nos gusta lo tierno. Y esos son picantones (pollos tomateros, se llaman por ahí). Son más grandes que una codorniz, pero más pequeños que un pollo común.
El quilo sale más caro, pero la diferencia en el sabor es notable.
Para mi es como la ternera: por ahí se comen terneras de cuatrocientos quilos y para mi, el momento mejor, porque su carne ya tiene sabor ,pero está tierna, son los doscientos quilos.
Al ganadero o al dueño del corral, le sale mejor venderlo más grande, porque vende por quilo. La solución que queda es comprar más caro.
Para que veais la proporción: un kilo de pechugas me cuesta 4,99 . Un picantón (con huesos, alas,etc) cuesta 2 euros con quince.
Pero sentar alrededor de la mesa a las personas que quieres, no tiene precio.

Y, si los alimentos del cuerpo han de ser tiernos,
los del alma, ahí están, creciendo, a punto de alcanzar la plenitud.