Hacía mucho tiempo que amanecía sola.
Pero aquel día, al levantarme allí estaba, la taza de café humeante y el ordenador encendido.
-El café es para ti- dijo- imaginé que te apetecería.
-Y tu, ¿no desayunas?-pregunté
Sonrió y dijo "tenía pensado devorarte entera"
Fue el mejor desayuno de mi vida.
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