Los pelos siguen igual, blancos, duros, abundantes y limpios.
Creí que haría una mañana decente y ,muy animada , me puse a cortar la hierba con la desbrozadora de hilo, para ir preparando el terreno para sembrar las patatas.
Aunque primero hice un surco de lado a lado para sembrar guisantes pegados a la alambrada, para no tener que poner tutores.
Que parece que los senadores de Cambados necesitan apoyos (como todos los políticos, ya sabemos)
Así me puse de agua y hierba, hasta que empezó a llover como si nunca hubiera llovido (aun cuando, como en política, llueve sobre mojado).
Como la lavadora ya había terminado, me puse a tender la ropa
Y encendí ese maravilloso fuego que da calor a mis horas de leer y escribir.
A pesar de la lluvia, sigo con los árboles, aunque me faltan algunos porque no los encuentro en el vivero habitual.
Estoy haciendo un plano en el que figura cada árbol con su adjudicatario, para que , aunque yo falte, sepais de qué árbol podeis llevar una cesta de fruta...