miércoles, 10 de septiembre de 2008

El recorrido

Vengo de hacer un recorrido por los blogs.
Y, desde ayer, he añadido a mi lista un puñadito nuevo. Porque, después de mucho buscar, encontré el blog de una persona a la que quiero mucho y a la que, por circunstancias de su vida, perdí de vista hace tiempo. Pero está presente en mi corazón y en mi memoria por tantas cosas compartidas. El blog es "gradicela", que significa Estrella de Mar, en gallego. Y, por aquello de que en un tiempo compartimos cosas, me puse a pasear los blogs que ella tiene anotados y con los que disfruta...Encontré muchos muy interesantes, pero uno, especialmente, me llenó de alegría, porque es de un conocido común y, en un tiempo, de alguna forma, compartido. Y eso, me llenó el día, francamente, me hizo feliz. (Hubo otro motivo para ser feliz ayer: volví a tener carta, parece que mi hermana la mayor esta decidida a cumplir con su parte del compromiso: Ella me escribe, yo la llamo por teléfono). (Tengo la buena costumbre de pararme de vez en cuando, durante el día, y preguntarme por qué puedo estar feliz, para evitar lo que todo el mundo hace: solo sienten que eran felices cuando ya no lo son . Qué feliz era cuando estaba sana, cuando estaba acompañada, cuando vivía tal o cual, cuando me quería cual o tal. Ahora yo, soy capaz de ser feliz cuando hace buen tiempo, por el solcito y cuando hace malo porque me permite encender la chimenea. Probad.)
Homenaje a mi hermana la mayor:
Yo, cuando era niña, era muy sinvergüenza. En mi disculpa he de decir que, ocupando el número 4, entre los hermanos, o despiertas o te despiertan, que antes no había acoso ni malos tratos por parte de hermanos...Pues yo era sinvergüenza, pero ella era, ya os lo dije, una infeliz.
Se empeñó en ser independiente y tener una habitación alejada de todas las demás y para ella se fué, pero, para llegar allá, necesitaba compañía porque tenía un miedo cerval. Entonces me decía: "Si vienes conmigo hasta mi habitación, te doy 10 céntimos"y yo, que no soy nada interesada, allá iba. Pero la muy...cuando llegábamos me decía: "ahora, como ya no tengo miedo, no te doy nada"
Ay, amigos, ahí entraba mi faceta trágica...Le decía "Mírame a los ojos, sí, mírame bien a los ojos ¿tu crees que yo soy tu hermana? mírame, yo no soy tu hermana " antes de que yo siguiera con mi mirada feroz y la voz de loca, me decía "sí, sí, te doy una peseta, te doy lo que quieras, marcha, marcha " (Pasmaos: ella tenía 18 años, yo 10).