No puedo ser más explícita, porque ellos son mis alumnos y, aunque me han dado permiso para utilizar su imagen, alguno de ellos es menor de dieciocho años. Que están sentados en círculo, se nota; que el aula tiene tarima, también. Que están trabajando, es evidente.
De que el aula es una gozada, doy fé : televisor, vídeo, proyector de transparencias, cañón ( en el techo) con conexión a internet, luminosa, amplia y con un material humano para trabajar que desmiente a todos esos agoreros de un terrible futuro.
Sí, algun@s llevan tatuajes y piercings. Todos llevan teléfono (apagado) en el bolsillo; tienen i-pods y la play... pero teníais que ver cómo trabajan y cómo razonan.
Cada día me hacen amar la enseñanza. Y la vida.