Todos, no. Solamente ocho. (Empezando a poner la mesa para diez, por si acaso...)
Blanquita de ternera,
empanada, zorza, lombarda, patatas fritas y yo que sé.
Porque lo verdaderamente importante, eran ellos: Pablo, con su madre y María, con su padre (un padrazo que le dijo a su madre "hoy limpié cinco culos y ninguno era mío").
La abuela y una tía abuela ejercen, felices.
Moraditos de postres, nos pusimos: bizcocho, castañas marrón glacé,
leche frita,
tarta de queso...
Y los deditos de Pablo, que perdió un calcetín, "dieron pié " a esta fotografía y al chistiño de hoy.
sábado, 2 de noviembre de 2013
martes, 22 de octubre de 2013
Cocido gallego
Volvió a tocar cocido. Aunque parezca que los garbanzos son pocos, es porque solo he sacado la cuarta parte de los que hay...
El domingo comimos abajo porque el tiempo estaba desapacible y apetecía encender la chimenea.
Los emparedados: corto el pan sin llegar al fondo , meto el jamón, los pongo en una de esas fuentes de barro y los dejo dos horitas (o más, depende de lo duro que sea el pan) en leche (dándole la vuelta para que tanto el pan como el jamón se suavicen con la leche). Luego los rebozo abandantemente en huevo y los frío en aceite caliente , por ambos lados.
Las castañas las cuezo echándolas en agua fría, con sal y semillas de hinojo (fiuncho, le llamamos aquí), que son un excelente digestivo. Para saber si están cocidas, se pinchan con un tenedor. Cuando están, se escurren y se dejan en la tartera, tapadas con un paño.
La tarta y el mus de limón que se ve detrás, son cosa de mi hermana, que es la que nos endulza la vida.
Seguro que, esos dos, están poniéndose de acuerdo, aunque lo disimulen, para ganarnos a la canasta.
Y ganaron, pero les costó lo suyo.
Luego, Víctor ganó al chinchón y yo a la escoba (cruel destino).
Feliz semana.
Y buena huelga el jueves.
El domingo comimos abajo porque el tiempo estaba desapacible y apetecía encender la chimenea.
Los emparedados: corto el pan sin llegar al fondo , meto el jamón, los pongo en una de esas fuentes de barro y los dejo dos horitas (o más, depende de lo duro que sea el pan) en leche (dándole la vuelta para que tanto el pan como el jamón se suavicen con la leche). Luego los rebozo abandantemente en huevo y los frío en aceite caliente , por ambos lados.
Las castañas las cuezo echándolas en agua fría, con sal y semillas de hinojo (fiuncho, le llamamos aquí), que son un excelente digestivo. Para saber si están cocidas, se pinchan con un tenedor. Cuando están, se escurren y se dejan en la tartera, tapadas con un paño.
La tarta y el mus de limón que se ve detrás, son cosa de mi hermana, que es la que nos endulza la vida.
Seguro que, esos dos, están poniéndose de acuerdo, aunque lo disimulen, para ganarnos a la canasta.
Y ganaron, pero les costó lo suyo.
Luego, Víctor ganó al chinchón y yo a la escoba (cruel destino).
Feliz semana.
Y buena huelga el jueves.
lunes, 14 de octubre de 2013
Paso a paso
La comida del domingo tiene un largo ritual, que empieza , cuando menos, el sábado.
Descongelado del trozo para asar
y de un capricho que quiero darle a Víctor: zorza, que le encanta;
las castañas especialmente para mi hermana: las primeras del otoño.
Reviso el huerto, a ver si aún hay algún tomate. Y, sí
Ese pan duro (como siempre hizo mi madre) para hacer emparedados, que le encantan a Abel.
(en una pasada al huerto, veo la temperatur de las placas solares, en grados centígrados)
y le echo un piropo a las lombardas, porque tan pronto les pase una helada por encima, las probamos.
También piropeo al manzano, que ha sufrido, a pesar de mis riegos con agua de ortigas, plagas de pulgón todo el verano.
Y, ya el domingo, las castañas peladas, para cocer con las semillas de hinojo;
y la zorza en la sartén;
los primeros emparedados ya fritos;
las patatas cocidas, sin más arte que tratar de que todas sean iguales para que encuentren juntas el punto de cocción (y lavarlas antes de pelarlas, que si se lavan una vez peladas, pierden fécula y sustancia);
el tomate pelado, cortado y aliñado con aceite de Badajoz.
Y la mesa con los entrantes, en la galería.
Y el asado,
la tarta de mi hermana
y el calor del hogar, que ayer inauguramos el otoño.
Y, aclaro:- de esas comilonas queda siempre suficiente para que nuestros chicos (que pasan de los treinta y viven independientes), lleven unos tupper con "ya te vi" (hemos visto la comida el domingo y la volvemos a ver de cena o de comida de otro día);
-la canasta a la que jugamos es un juego de cartas de dos barajas inglesas, muy entretenido y del que encontrareis su desarrollo en internet; con dos chicos de treinta y uno noventa de estatura no puede competir una anciana y su hermana de una considerable estatura de UNO SETENTA, en baloncesto...
-lo mejor de la comida es compartir y las sorpresas que nos preparamos unos a otros: este domingo Víctor me trajo dos CD con varios programas de una TV local en la que ambos trabajamos hace veinte años. Y fué muy emocionante.
Feliz semana.
Descongelado del trozo para asar
y de un capricho que quiero darle a Víctor: zorza, que le encanta;
las castañas especialmente para mi hermana: las primeras del otoño.
Reviso el huerto, a ver si aún hay algún tomate. Y, sí
Ese pan duro (como siempre hizo mi madre) para hacer emparedados, que le encantan a Abel.
(en una pasada al huerto, veo la temperatur de las placas solares, en grados centígrados)
y le echo un piropo a las lombardas, porque tan pronto les pase una helada por encima, las probamos.
También piropeo al manzano, que ha sufrido, a pesar de mis riegos con agua de ortigas, plagas de pulgón todo el verano.
Y, ya el domingo, las castañas peladas, para cocer con las semillas de hinojo;
y la zorza en la sartén;
los primeros emparedados ya fritos;
las patatas cocidas, sin más arte que tratar de que todas sean iguales para que encuentren juntas el punto de cocción (y lavarlas antes de pelarlas, que si se lavan una vez peladas, pierden fécula y sustancia);
el tomate pelado, cortado y aliñado con aceite de Badajoz.
Y la mesa con los entrantes, en la galería.
Y el asado,
la tarta de mi hermana
y el calor del hogar, que ayer inauguramos el otoño.
Y, aclaro:- de esas comilonas queda siempre suficiente para que nuestros chicos (que pasan de los treinta y viven independientes), lleven unos tupper con "ya te vi" (hemos visto la comida el domingo y la volvemos a ver de cena o de comida de otro día);
-la canasta a la que jugamos es un juego de cartas de dos barajas inglesas, muy entretenido y del que encontrareis su desarrollo en internet; con dos chicos de treinta y uno noventa de estatura no puede competir una anciana y su hermana de una considerable estatura de UNO SETENTA, en baloncesto...
-lo mejor de la comida es compartir y las sorpresas que nos preparamos unos a otros: este domingo Víctor me trajo dos CD con varios programas de una TV local en la que ambos trabajamos hace veinte años. Y fué muy emocionante.
Feliz semana.
lunes, 7 de octubre de 2013
Por favor, sentaos a comer
Remolachitas, pequeñísimas;
pimientos regalo de mi vecina, Marina;
zanahorias de ahora mismo;
lechuga para refrescar y acompañar
un cociducho
con algo de todo,
bueno para el colesterol
con patatas y grelos.
La merluza la trajo mi hermana
y también los chinchos,por si no llegaba la comida...
los taninos del vino benefician la salud y dan alegría, sobre todo con un riojita añejo...
Las granadas para recordar a todos los amigos andaluces ( a mi hermana le encantan y le compro todos los años, como antes hacía mi madre)
Y ella nos endulza la vida con la tarta de queso deliciosa.
Abel y ella se preparan las granadas así.
Y después de una partida de canasta (que perdimos), esos dos buenos mozos me sujetaron con cariño a Cuco para que yo le hicise el habitual corte "Amelie" de todos los inviernos.
(En verano el flequillo largo lo protege de las moscas).
Buena semana.
pimientos regalo de mi vecina, Marina;
zanahorias de ahora mismo;
lechuga para refrescar y acompañar
un cociducho
con algo de todo,
bueno para el colesterol
con patatas y grelos.
La merluza la trajo mi hermana
y también los chinchos,por si no llegaba la comida...
los taninos del vino benefician la salud y dan alegría, sobre todo con un riojita añejo...
Las granadas para recordar a todos los amigos andaluces ( a mi hermana le encantan y le compro todos los años, como antes hacía mi madre)
Y ella nos endulza la vida con la tarta de queso deliciosa.
Abel y ella se preparan las granadas así.
Y después de una partida de canasta (que perdimos), esos dos buenos mozos me sujetaron con cariño a Cuco para que yo le hicise el habitual corte "Amelie" de todos los inviernos.
(En verano el flequillo largo lo protege de las moscas).
Buena semana.
martes, 1 de octubre de 2013
Caldo de otoño
El viernes llegaron las ansiadas lluvias; por el sur caía con esa fuerza;
al norte, los desagües tenían trabajo intenso;
al oeste, Cuco, que es optimista, da olímpicamente la espalda al aguacero...
La tierra, sorprendida con la intensidad, no es capaz de beberla y la encharca.
Y los árboles, agradecidos, dan sus frutos. Riquísimos limones,
calabaza de Totana (gracías , Curro),
zanahorias para comer fresquitas.
Y caldo de grelos, para celebrarlo.
El asado no puede faltar ,
tampoco la tarta.
Feliz búsqueda de setas...
al norte, los desagües tenían trabajo intenso;
al oeste, Cuco, que es optimista, da olímpicamente la espalda al aguacero...
La tierra, sorprendida con la intensidad, no es capaz de beberla y la encharca.
Y los árboles, agradecidos, dan sus frutos. Riquísimos limones,
calabaza de Totana (gracías , Curro),
zanahorias para comer fresquitas.
Y caldo de grelos, para celebrarlo.
El asado no puede faltar ,
tampoco la tarta.
Feliz búsqueda de setas...
Suscribirse a:
Entradas (Atom)