Yo no sé por qué he nacido aquí; en una familia que se preocupó de mi educación; en un país donde puedo decir lo que quiero; con un trabajo que me permite vivir holgadamente; en una casa con agua corriente, calefacción, internet.
Yo no sé por qué otras mujeres han nacido en Afganistán o en Etiopía; no se por qué han nacido en otros tiempos y han sido esclavizadas .
Yo no sé por qué las vidas de los niños del primer mundo valen más que las de los del tercero y, mientras allá mueren de forma anónima, por miles, cada día, aquí una sola muerte supone miles de líneas negro sobre blanco.
Yo no sé por que la iglesia católica se proclama defensora de la vida de los niños (y se manifiesta contra el aborto), mientras que, con la mitad de sus tesoros se acababa el hambre de tantos que mueren cada día.
Yo no sé por qué se habló más de la ficha de Cristiano Ronaldo que de la muerte de Vicente Ferrer.
Yo no sé por qué es más importante que la gente se muera de la gripe A que de los accidentes de tráfico de cada fin de semana.
Y, tristemente, saber que no sé nada, no me hace más sabia.