Hoy quiero disculparme con vosotros y, sobretodo, explicar mi forma de entender.
Muchos de vosotros (la inmensa mayoría), contesta uno a uno a los comentarios o, uno a uno a los comentaristas. Ya notais que yo no. Yo, generalmente, voy a vuestra casa, a comentar en vuestras entradas.
Entiendo que mi post es mío. Yo, en mi blog, escribo lo que quiero. Igualmente, en los vuestros, opino lo que creo.
Pero, de mi blog, solamente es mío lo que yo escribo. La interpretación que hagais de ello es, absolutamente, vuestra. Cada vez que comentais, cada vez que interpretais, estais enriqueciendo lo que yo he dicho, aportando puntos de vista diferentes o abundando en lo expresado por mi. Muchas veces me contestais a cosas que yo no he querido decir pero que vosotros habeis adivinado no sé por qué resquicio: allí debía estar, sin yo quererlo.
Nunca supe si cuando Machado dijo "...Y al volver la vista atrás, se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar" quiso decir que se iba de aquel lugar, o que cuando volviera a pisar el camino el camino no sería el mismo (porque alguna mente prodigiosa había convertido la calzada romana en autovía o porque, pisado por otros muchos, se había transformado) o él no sería el mismo (porque había crecido como persona, había empezado a pensar diferente, lo había poblado la locura).
No. No lo sé. Cada uno entendemos lo que queremos, cómo queremos y cuando queremos. Yo misma entiendo de forma diferente en diferentes momentos.
¿Por qué entonces responder a un comentario?.
Por favor, seguid enriqueciendo lo que escribo. Me siento bien cuando lo haceis.
Me ayudais a crecer ahora que ya mido menos que cuando era joven.
Comentad, por favor. Y, permitidme que siga comentando en vuestros blogs.