viernes, 6 de noviembre de 2009

Ideas peregrinas (II)

Queridos todos: Esta es una respuesta generalizada, porque tengo la impresión de que no me estais tomando en serio. Podeis estar seguros, absolutamente seguros de que deslizarme por el pasamanos de la Ópera de París no está descartado. Para nada.
Nacho sí lo ha entendido. Y se ofrece para quedarse en Paradela.
Si un día me paro a decidirlo, porque la idea ha poblado mi cabeza por completo, el primer escollo está salvado gracias a él. El siguiente paso sería decidir la fecha y tendría que ser cuando a ellos,
Nacho y Sonia, les fuese menos gravoso ; yo nunca pedí un permiso en el trabajo y nunca me podrían negar el que pidiese (máxime explicando el motivo, tan propio de mi forma de entender la vida y que daría tema para todo el año de conversaciones).
Evidentemente, iría en coche: me encanta conducir y ser independiente; parar por el camino, reemprender la marcha según pida el cuerpo, etc.
(El avión es para viajes con prisas, horarios, negocios, reuniones...)
París, taxista delante, directa a la Ópera. Buscaría un garaje, por si acaso.
Opciones:
1.- Contratar a cualquiera que durante la visita hiciera saltar las alarmas
2.-Buscar a un vigilante corrupto que por un módico o no tan módico precio sepa hacer la vista gorda.
3.-Subirme directamente y deslizarme. Si alguien se acerca, amenazar con tirarme por el lado contrario.
Esta tercera opción es el motivo por el que tendría el coche en el garaje: nunca se sabe cuánto vas a tardar en salir de la comisaría, pero me daría igual.
4.-Llorar amargamente. Si el vigilante es hombre, no podría soportarlo.

Tengo más opciones y también sé actuar sobre la marcha.
Comprendo que Antonio, que no me conoce, diga que tengo sentido del humor. Pero tu, mihermana, querida hermanamía mayor...tu que me has visto sentada delante de una puerta cerrada diciendo "se va a abrir y va a entrar", sin rendirme nunca, aunque la puerta no se abría porque nuestro padre estaba muerto y ya no podía volver a entrar por ella, que era lo que yo esperaba; tu que me viste inventar el sistema de no irle a los recados a la vecina sin ofenderla; tu que me has visto saludar a Don Manolo sin hacerlo, pero quedando como una niña educadísima; precisamente tu a quien yo era capaz de convencer de que no era tu hermana ("mírame a los ojos,¿piensas que yo soy tu hermana?")tu, tu, dudando...
Pues, te lo digo, hay otra frase que me acompaña desde hace mucho. No sé quien la dijo, pero me la apropié: "lo hicieron porque no sabían que era imposible".
Yo, primero lo hago. Después me pregunto si puedo hacerlo.