Hoy, la copa está vacía. Incluso parece sucia. Pero, no.
Salvo en la cocina, en todas las habitaciones de mi casa hay libros,
subiendo las escaleras,
en el dormitorio,
dentro de los armarios.
Libros de gente que tiene un blog (mujeres, ¿os veis?)
libros a punto de deshacerse, de puro pasaditos...forrados, para que no sufran.
Libros de amigas verdaderas, como Marifé Santiago Bolaños, compañera de instituto.
De poetas con blog, como Blanca Andreu;
De precursoras como Concepción Arenal y Emilia Pardo Bazán
y Rosalía de Castro...
¿de que mujer es ese poema, ilustrado a mano por yo no sé quién?
Ya lo veis, de Delmira Agustini, de la que habló no hace mucho tiempo Quiz, en su blog.
No me falta Maitena,
ni esa premio nóbel que hablaba de China antes que la Duras;
y esas mujeres, que ayer no visteis,
por las que me preguntabais y me empujabais a ellas.
Y otras a las que nadie mencionó, pero que ahí están , con su buen hacer,
De ayer y de hoy. Mujeres de la literatura, que llenan metros de paredes, en mi casa.
Con libritos que, a veces, no son fáciles de conseguir.
No están todas las que son. Pero son todas las que están, porque a ellas debo muchísimas horas de felicidad.